jueves, 7 de mayo de 2015

Museo Monacal de Santa Catalina de Siena

Museo Monacal de Santa Catalina de Siena



DIRECCIÓN: Espejo y Flores (Esquina)

HORARIOS DE ATENCIÓN: Lunes a Viernes 08:30 – 17:00 , Sábados 08:30 – 12:30.

COSTO:  Adultos 1.50 , Universitarios 1.00 , Niños 0.60 .



En sus inicios, el monasterio se ubicó en una casa comprada a don Antonio del Canal, un solar entre las plazas de San Francisco y Santa Clara. El traslado definitivo, al actual solar, se efectuó el 7 de julio de 1613. 

Los muros de este monasterio son testigos de episodios históricos. La edificación fue hecha sobre las ruinas del templo incaico dedicado a las vestales de las Vírgenes del Sol.
Ahí encontró refugio Manuelita Sáenz, el Dr. José de Ascásubi, Prócer de la Independencia; también, los restos mortales del ex presidente Gabriel García Moreno permanecieron escondidos durante años. 

El monasterio ocupa las tres cuartas partes de la manzana, en el barrio de San Marcos, un área de 8500 metros, circundada por las calles Espejo al norte, Flores al oeste, Montúfar al este y Junín al sur. 

Alrededor del jardín principal están dispuestos los claustros conectados a las habitaciones de cada religiosa. 

Una sección está dedicada a oficinas administrativas, en otra hacen manualidades, elaboran hostias, preparan algunos productos naturales  medicinales. Las religiosas emplean su tiempo entre orar y trabajar; pero  también estudian, producen manualidades, artesanías, vinos (el de consagrar) y golosinas. 

La construcción de la edificación de la iglesia se inició en los primeros años del  siglo XVII, en sentido longitudinal, norte-sur, paralelo a las calles Flores y  Montúfar. El ingreso principal es por la calle Espejo (norte); de estilo Ecléctico-Neoclásico con elementos añadidos debido a sus múltiples restauraciones. La fachada presenta dos pares de columnas toscanas que enmarcan los costados de la puerta de madera con adornos en alto relieve, a la vez, erigida con un arco de medio punto. 

El frontón triangular, muy visible, en la parte superior, apunta hacia el cielo, ahí  está colocada una Custodia engalanada por dos torres del campanario. 
El ingreso secundario, en la calle Flores, tiene un dintel construido en piedra y en la puerta se encuentra una imagen del Señor de la Misericordia. A los costados de la puerta están colocadas dos columnas corintias.   

En un segundo cuerpo, hacia la calle Flores, arriba, están seis ventanas en arcos de medio punto, facilitan la claridad hacia el interior del templo. 

En la esquina norte, fue levantada una capilla dedicada a la Virgen del Rosario,  edificada con apoyo del prócer quiteño don José AscásubiMateu, en agradecimiento, por el milagro de salvar su vida y no morir asesinado el 2 de agosto de 1810. 

El interior del templo tiene una sola nave. El altar mayor está adornado con un Cristo, escultura del siglo XVI, colocado dentro del Baldaquino clásico, (dosel o palio), sostenido por pilares, que cobija al altar; se halla conformado por  cuatro pares de columnas jónicas doradas en pan de oro.   

En los costados permanecen dos pinturas en lienzos de gran tamaño con epístolas del Antiguo Testamento cuyos autores son anónimos. Hay siete retablos, dos se conservan en piedra; los demás están dedicados a la Virgen del Rosario, Santa Catalina de Siena, San Vicente Ferrer, San José, el Calvario, Santo Domingo y Corazón de Jesús. 

En el costado sur-occidental se puede observar una fosa, en aquel sitio permanecieron escondidos los restos del ex presidente Gabriel García Moreno. 
El museo monacal fusiona arte, historia, leyenda y el carácter evangelizador de cada lienzo y escultura. Está junto a la iglesia, tiene un ingreso especial, por el lado izquierdo, lugar en el que se compran los jarabes y las hostias. Las obras como esculturas, lienzos, textiles, platería y otros bienes conservan las características de la Escuela Quiteña, se las exhiben en seis salas y en dos pasillos. Los visitantes pueden ingresar previa cita y pago de ingreso. Mientras dura el recorrido se respira un ambiente de paz, estudio, meditación y oración. Cada sala tiene su especificidad, así: múltiple, de restos, nacimiento-pasión-muerte – resurrección de Jesús, advocaciones de la Virgen María, esculturas, historia de la Orden de los Predicadores, orfebrería y textiles. 

Actualmente, veinte religiosas se dedican a elaborar dichas pócimas curativas, como un servicio a la comunidad. Con la venta, las religiosas logran financiar el sustento diario. Cada producto es cuidadosamente tratado, envasado y entregado con el  propósito de curar dolencias. El ajo es utilizado para mejorar problemas pulmonares; la alcachofa, ayuda a controlar el colesterol; la alfalfa, cura la anemia; los berros, son utilizados contra los parásitos; la cebolla, combate el asma; la malva, esempleada en el tratamiento de la celulitis; el matico para curar úlceras. 

Entre las cremas están: antiarrugas, limpiadoras, nutritivas. En aceites: el capilar, para aliviar dolores musculares, reumáticos y caída del cabello. Entre los vinos: el de romero, para el control de la hipotensión; de uva, para consagrar y combatir la anemia.

En el convento es importante mencionar existe una banca en la que se dice que las mujeres a las que se les dificulta quedar embarazada deben sentarse y rezar una oración a Santa Catalina y quedarian embarazas.