jueves, 7 de mayo de 2015

Casa Museo Maria Augusta Urrutia

Casa Museo Maria Augusta Urrutia 


DIRECCIÓN :García Moreno 760 entre Sucre y Bolívar.

HORARIOS DE ATENCIÓN: martes a sábado de 10h00 a 18h00, y los domingos de 09h30 a 17h00.

TARIFA DE INGRESO: Adultos 2. 00 , Estudiantes 1. 00 , niños y tercera edad 0.50 .




Esta casa fue construida en el siglo XIX y está decorada con piezas artísticasde mediados del siglo XIX y principios del siglo XX; tiene un estilo Art Nouveau. Fue la vivienda de Maria Augusta Urrutia. 

María Augusta Urrutia nació en la ciudad de Quito en 1901, en el seno de una de las familias mas importantes de la capital. Sus padres fueron Don Julio Urrutia y Doña María Barba. Siendo todavía muy niña perdió a su padre y realizo un largo viaje por Europa, donde vivio parte de la infancia y toda la adolescencia. En el Viejo Mundo conoció de cerca las obras de los grandes maestros del arte y formo su espíritu a la luz de la doctrina cristiana. De vuelta en Quito, hacia principios de los años veinte, contrajo matrimonio con Don Alfredo Escudero, joven caballero, miembro de una tradicional familia de la ciudad. A los 9 años de matrimonio, Maria Augusta habría de sufrir el terrible golpe de la muerte de su compañero. Su fe cristiana le sirvió de soporte y de abrigo. Con el evangelio como guía vigorosa, María Augusta Urrutia tomo conciencia de la necesidad de construir el Reino en la tierra y volcó sus esfuerzos para mejorar la calidad de vida de la sociedad, especialmente de los sectores económicamente menos favorecidos de nuestro país.  Crea la Fundacion Mariana de Jesus para canalizar sus esfuerzos de mejor manera. Con esta institución desarrolla una serie de proyectos importantes con el propósito de seleccionar problemas relacionados principalmente con la vivienda, y, otros referidos a la difusión del mensaje cristiano. Nunca busco el reconocimiento personal, aunque su nombre y su fortuna le perfilan en una figura pública importante. Dedicada a su labor con rigor y humildad, murió el 5 de diciembre de 1987. 

Dentro de esta Casa Museo se puede apreciar la forma de vida del siglo XIX, es una casa típica del Centro Histórico con varias y amplias habitaciones y dos grandes patios centrales. Dos salas del segundo piso presentan una amplia muestra de obras de arte del famoso pintor ecuatoriano Víctor Mideros. 

En el dormitorio la decoración es elegante y sobria, ella quiso que su espacio más íntimo, donde solía pasar sus momentos de más honda reflexión religiosa, vaya acorde a su espiritualidad. Los 7 arcángeles pintados por Víctor Mideros, la hacían sentir segura y protegida.

El baño es otro espacio llamativo de la casa, por su elegancia y sofisticación. Todas las piezas sanitarias fueron importadas de Inglaterra y la cerámica de las paredes es de origen belga. La tina original tenía como base cuatro patas de bronce en forma de león. El diseño de la ducha se caracteriza por sus líneas art Noveau. Los vitrales se encargaron al exterior y fueron montados en este sitio por algún buen artesano quiteño.
En el comedor, Doña María Augusta, comía diariamente. Don Luchito, eterno mayordomo de la casa le acompañaba de pie cerca de la puerta, conversando aciendas, la vida, mientras la luz derramada al interior desde el magnífico vitral, iluminaba cálidamente el ambiente. El comedor se utilizaba para las grandes ocasiones, cuando habían invitados especiales la mesa se vestía de gala.  Se servía en vajillas europeas y  con cubiertos de plata.

Toda la casa tiene piezas artísticas originales traídas en su mayoría de Europa.  Lo más relevante de la Casa Museo es la figura de Doña María Augusta Urrutia y su vivencia espiritual; ella reconoció a Dios en el rostro de los más humildes y, para servir a ese Dios sufrido, entregó toda su vida, todos sus bienes y toda su alma

La Sala Principal era el de las grandes ocasiones, recibió a más de un Presidente de la República y  más de un legislador o embajador estuvo sentado aquí. Salón que estuvo siempre presidido los retratos de María Augusta Urrutia y Alfredo Escudero, pintados por Víctor Mideros. La decoración y el estilo son de principios del siglo XX y el gusto por recargar los ambientes es característico del Quito de la época y de ahora: de alguna manera, el espíritu barroco de nuestro vigoroso siglo XVIII se mete por las rendijas de todas las casas.
En la sala de estar Doña María Augusta recibía a las personas de mayor confianza. La belleza de este lugar radica en el contenido espiritual de las esculturas del niño Jesús yacente,  el niño Jesús y San Juan jugando,  del siglo XVIII, atribuidas a Caspicara. Además la Virgen de Quito del siglo XVIII, está atribuida al taller de Bernardo de Legarda. En cuanto a pinturas, contamos con "El Descendimiento" y "La Familia de la Virgen", atribuidos a Manuel Samaniego;  también "La Soledad"  pintada en el siglo XIX por Juan Manosalvas;  las pinturas de Mideros: "La Puerta" y "Alma" y dos anónimos italianos representando a San Vicente Ferrer y San Bernardo de Siena del siglo XIX. La victrola proveniente de EEUU marca RCA Víctor, funcionaba con discos de carbón.

La Sala Pequeña Doña María Augusta recibía a amigos y allegados.  Un pequeño bar contenía los "cordiales" - cremas de licor - que se ofrecía a los ilustres visitantes.  En este espacio se realizaron las primeras sesiones del Directorio de la Fundación Mariana de Jesús, que usualmente lo conformaban seis personas. Después de la reunión en la que se analizaban los proyectos, principalmente de orden social que atendían, los miembros de la Fundación tomaban café tostado y molido preparado especialmente para ellos acompañado con pastas y dulces.Esta sala siempre ha estado presidida por el retrato hecho en París por Vienot, de doña Virginia Klínger, bisabuela de María Augusta Urrutia, mujer muy culta que en 1870 trajo a las Madres de la caridad y creó el asilo de huérfanos y pobres "San Carlos"