Museo Fray Francisco de Jesús Bolaños- Recoleta del Tejar
DIRECCIÓN: Calle El Tejar
HORARIO DE ATENCIÓN: Martes-Viernes de 10:18:00
TARIFA DE INGRESO: Adultos: $ 1.00 Niños: 0.50
Luego de una recaudación pública y de numerosas limosnas, se pudo hacer la iglesia, dotando al convento de una considerable librería. Asimismo, fue posible contratar al pintor Francisco Albán para que ornase los muros con imágenes de la vida de San Pedro Nolasco.
El templo que data del siglo XVII es un sitio donde arcos de ladrillo y decorados con murales y retablos. Raúl Almeida, de la Agencia Metropolitana de Noticias, detalla la historia de esta edificación patrimonial ubicada en un popular barrio del Centro Histórico.
El Municipio del Distrito Metropolitano de Quito entregó, a la comunidad de las hermanas Lauritas de El Tejar, a los padres mercedarios y a la comunidad de este populoso sector del Centro Histórico, la capilla San José de la Recoleta del El Tejar restaurada por el Fondo de Salvamento, FONSAL. La inversión fue de USD 200.000 En el acto se presentó el libro Historia del Arte en El Tejar de la Merced una obra realizada por la investigadora María Antonieta Vásquez y el historiador Alfonso Ortiz Crespo. El texto fue editado por el Municipio de Quito a través del Fonsal. El vicealcalde, Jorge Albán, indicó que Quito cuenta con capillas y conventos que forman parte de ese patrimonio que ha hecho de nuestra ciudad un ejemplo de conservación y es un atractivo para miles de turistas nacionales e internacionales. “Algunas iglesias se han convertido en sitios de exhibición para turistas dejando de lado la función religiosa para la que fueron construidos. Por eso, estos espacios deben ser mantenidos y respetados porque son parte de la vida de los quiteños y quiteñas”, agregó.
El Municipio está empeñado en establecer una alianza con todas las órdenes religiosas para mostrar los conventos y de esta forma la gente conozca sus archivos históricos, recorra las iglesias y mire, por ejemplo, los cuadros de Miguel de Santiago o los tallados de Caspicara, Goribar y otros grandes exponentes del arte religioso de Quito. Monseñor Ricardo Chamorro, de la orden de Los Mercedarios, indicó que en el sector El Tejar funcionaba en el siglo XVII las fábricas de ladrillos. Allí cientos de indígenas fabricaban tejas y ladrillos que se utilizaban para levantar el templo y el convento de La Merced. Luego, el fraile Francisco de Jesús Bolaños llegó hasta el sitio donde hoy se encuentra la capilla de San José y dio inicio a la construcción de esta singular capilla, el convento para los frailes, la hospedería de La Ermita y posteriormente el cementerio de
El Tejar. Con la expulsión de los jesuitas, Francisco de Jesús Bolaños convirtió a este sitio en un centro de reflexión para religiosos de varias congregaciones, historiadores y filósofos. Se dice también que en un tiempo la Curia de Quito les quitó este convento y los frailes negociaron su devolución con un copón de oro. La intervención del templo contempló la rehabilitación integral de la cubierta y pisos de la capilla, consolidación de las cabezas de muro, recuperación de los muros de adobe, pintura mural, pintura de caballete, escultura y maderas de los retablos. Se instaló la cubierta provisional, desentejado de la nave principal, limpieza de las tejas y su impermeabilización, desinfección de crujías, preservación de la estructura de cubierta y anclaje de las cerchas. A esto se sumó el retiro del cielo raso de carrizo, mantenimiento del sistema constructivo original de ala izquierda, consolidación de las cabezas de muro, resane de enlucidos, reparación de canales y bajantes de lluvias , mantenimiento de instalaciones eléctricas , recuperación de pisos y pintura de la edificación.
La capilla de San José es muy importante para los quiteños y quiteñas no solo por sus belleza arquitectónica sino porque en la cripta interior de la Capilla de San José descansan los restos de Eugenio de Santacruz y Espejo, precursor de la Independencia y uno de los más ilustres quiteños que destacó en el campo del periodismo, la abogacía y la medicina.
Fue bibliotecario. Espejo murió el 26 de diciembre de 1795 a los 48 años de edad, y en su testamento dejó escrita su voluntad de que el momento que fallezca sus restos sean enterrados en el cementerio de El Tejar.